viernes, 2 de junio de 2017

Novela y cuentos

Estamos trabajando en la edición de dos libros que pronto verán la luz. El primero es una novela que se interna en un Chile futuro y de cómo el poder hace alianzas con la ciencia con el fin de manipular el voto de la gente. El segundo es un libro de cuentos en el que los lugares pasan espacios determinantes en la vida de los personajes. Ya te contaremos más detalles sobre quiénes son los autores detrás de esos libros y cuando llegarán a librerías.

sábado, 18 de julio de 2015

EL DISCO DE NEWTON

En estos días acaba de llegar a librerías un nuevo libro de Ediciones de la Lumbre. Se trata de El disco de Newton, volumen de cuentos de Marcelo Simonetti que en 2014 ganó por unanimidad el premio Mejores Obras Literarias del Consejo del Libro y la Lectura, en categoría inéditos.

Los cuentos están marcados por el regreso al pasado, pero además ofrecen un guiño al Chile actual a partir de historias en donde la ficción coquetea con la realidad. ¿Cómo se las arregla un adolescente para librarse de un sicario que lo confunde con un ex simpatizante de la dictadura?; ¿qué hace un hombre que descubre a un sacerdote cuidando de una niña en unas montañas perdidas en el norte del país?; la viuda de un celebrado escritor acepta un oscuro trato con tal mantener viva la obra de su marido, ¿podrá salvar indemne de ese trance?


El jurado del premio MOL 2014 —que integraron Pedro Gandolfo, Álvaro Matus, María Alexandra Basualto, Juan Manuel Vial y Felipe Gana— destacó la obra de Simonetti. Como se lee en su fallo: “El disco de Newton le devuelve al cuento la importancia de la imaginación que está perdida en este género”.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La imaginación del Padre

El libro de Luis López-Aliaga ha sido todo un descubrimiento. La vida contada a fragmentos en los que se rescatan instantes de una simplicidad hermosa. Como éste: "Una iluminación algo teatral cae sobre nosotros, sobre las botellas del mostrador, sobre la heladera, como si el cielo gris de afuera se disipara al cruzar la puerta de ese edificio de adobe; los tubos de luz cuelgan del techo alto, lejano, afirmados de los extremos por dos cables, como los trapecios de un circo que espera una función que no va a comenzar nunca. "Para mí siempre serán las siete de la tarde en el Bar Cordano", dice Teillier en alguna parte, desde alguna parte, y es extraño, pero ahí entre Cusqueña y Cusqueña, el tiempo en efecto parece estancado".

martes, 11 de noviembre de 2014

Estamos en Lolita

Nos gusta Lolita (la librería). Por el amor que rezuma Mouat a los libros. Por la dedicación de Solcita. Por las fotos que adornan sus paredes. Por los títulos que habitan sus mesones y vitrinas. Nos gustan sus volúmenes dedicados al fútbol, tanto como la posibilidad de encontrar ahí los títulos más inverosímiles de ese gran escritor uruguayo que es Mario Levrero. También porque la voz de Cortázar está encerrada en un CD que se lleva por un precio módico. Y porque dentro de los últimos títulos publicados por Lolita Editores está esa luminosa novela de Luis López-Aliaga que se titula La imaginación del padre. Nos gusta además porque en uno de sus estantes está Desarticulaciones, de Sylvia Molloy —pocos libros más certeros a la hora de retratar de manera literaria el Alzheimer—, y porque también es posible encontrar Escribir, de Marguerite Duras. O porque Fernando Savater tiene un lugar destacado. También por la gente que se asoma por esos lados, desde los lectores contumaces hasta los vecinos del barrio que no entienden demasiado bien por qué una librería tiene tanta onda. Pero sobre todo nos gusta, o quizá habría que decir que nos ha comenzado a gustar todavía más desde que nuestros libros llegaron ahí: desde El fotógrafo de Dios, de Marcelo Simonetti, hasta Silencio, de Pablo Pinto Canales, pasando por La intrusa, de Macarena Paz Vogel, entre otros tantos.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Arcos Leví, póstumo

El nuevo libro de René Arcos Leví ofrece lo mejor de este autor, fallecido antes de cumplir los cincuenta años. Mientras trabajaba arduamente en sus guiones, René nunca dejó de escribir ficción. Y, claro, Cuestión de tiempo es una prueba de ello. Lo que sigue es el texto con el que Nona Fernández presentó el libro de René hace algunos días en el GAM.



Dios no juega a los dados

“La vida no depende de ti. Hay un juego perverso detrás de todo lo que te puede pasar, de tu voluntad, de tus deseos. Porque el que juega no es uno. Uno sólo es una pieza en el tablero. El que juega es otro. Y anda a saber quién es ese personaje que te hace avanzar, retroceder, quedarte quieto, o sencillamente sacarte del juego".
Cuestión de Familia
- René Arcos Levi-


Cuando lanzamos una moneda al aire pueden pasar dos cosas: que salga cara o que salga sello. Creemos que el resultado es aleatorio, que depende de eso que algunos llaman suerte y otros azar. Sin embargo, si conocemos la velocidad de la moneda y la posición en la que ha sido lanzada con exactitud, podemos adivinar el resultado. Por algo hay quiénes dicen que en nuestro mundo no existe la casualidad, sólo la ignorancia. Albert Einstein pensaba que el mundo microscópico, el de la física cuántica, era igual, de ahí su famosa frase «Dios no juega a los dados». Según Einstein nada es casual, todo está debidamente diseñado como en el tablero de un gran juego que alguien maneja con maestría y a veces, con crueldad.

René Arcos Leví, al escribir los cuentos de Cuestión de Tiempo explora la misma sentencia. Aquí el demiurgo no juega a los dados, el escritor no opera por el azar. Sabe perfectamente a dónde apuntan sus caminos y, si bien sus personajes lo desconocen, él se nutre de esa ignorancia, de esa ceguera, como material de escritura. En Cuestión de Tiempo, René Arcos Leví despliega un abanico de personajes sacudidos con historias donde el aparente azar, los sueños, los accidentes, los malos entendidos, van tejiendo un entramado que los envuelve en un estado de perplejidad del que sólo la escritura y la reflexión los pueden salvar. Para ellos el movimiento en el tablero es difícil porque el juego lo inventó otro, el autor. Sin saber cómo moverse, sin entender de qué se trata todo, se sienten piezas sueltas, fichas que avanzan y retroceden sin estrategia, porque desconocen las reglas. Saltan incómodos de un casillero a otro, asumiendo esa extraña sensación de no ser lo que supuestamente son, de estar jugando un juego que no es el propio.

En El accidente, el cuento que abre el libro, el protagonista queda sorpresivamente ciego después de ver por última vez al hombre que ama. ¿Por qué justo esa noche? ¿Por qué frente a él? ¿Por qué en una sala de teatro? Un lugar donde todos observan, donde todos pagan para mirar. ¿Es que de verdad se quedó ciego o es sólo el fade out de esa imagen que ama y nunca más vio? Como sea, la incomodidad frente a esta inesperada ceguera lo hace indagar en los misterios de la oscuridad total, en la desconfianza frente a lo que alguna vez vio, en la inquietante similitud entre la muerte y la ceguera. “El problema es que siempre que pensé en la muerte la asocié a otro tipo de cosas. A dilemas mayores. A imposibles de un orden metafísico. Incluso a un inevitable periplo sentimental con final trágico, que no habría estado nada de mal. En fin. A cuestiones más dignas que la de una privación tan devastadora como quedarse ciego de un rato para otro. Una pérdida tan majaderamente penosa. Tan odiosamente comprensible para todo aquel que con apenas abrir los ojos, ve desparramarse el mundo ante sí. La vida y sus colores a su completa disposición. El día y la noche. El cuerpo de los otros. Los ojos de los otros que lo miran cuando habla. Los gestos que no necesitan palabras. Una sonrisa. Una mueca. Cualquier cosa. Todo lo que uno puede decirle a otro confiando en su mirada. En lo que ven sus ojos. Todo eso que yo debo aprender a adivinar. A sospechar. A imaginar. A oler. A escuchar. Como si todo se hubiese vuelto de golpe un juego de escondidas entre los demás y yo. O peor. El juego de la gallinita ciega. Sólo que a mí me vendaron los ojos para siempre. Yo soy la gallinita ciega.”


En Los inconvenientes de pensar en voz alta, otro cuento medular del conjunto, el protagonista se enamora y comienza una relación que desde la primera línea sabemos que fracasará. Su relato es una narración perpleja de los detalles, una búsqueda minuciosa de la razón del abandono. Del amor y el desamor. La historia de una pareja, la historia de un hombre que se mira al espejo y no se reconoce en el reflejo que ven los otros, la historia de un hijo que decide relatarle a su madre su propia homosexualidad, la historia de una traición, de un desengaño. La historia de un hombre que intenta desentrañar las claves del argumento que vive, del juego al que lo arrojaron. “Lo que quiero averiguar es si ese gran error soy yo o si hay un gran error por sobre nuestras cabezas y no queda más que resignarse”.

El error, la desconfiguración, el cortocircuito que buscan los personajes como explicación, como salida, no es más que otra trampa del juego, otra prueba a pasar. Alguien traiciona a su hermano. Error del juego. Alguien es abandonado. Error del juego. Alguien queda ciego. Error del juego. Alguien es capaz de matar por celos. Alguien nace en un cuerpo cambiado. Alguien se desconoce al mirarse al espejo. Alguien engaña a su esposa con su suegro. Alguien dice ser quién no es. Alguien disimula. Alguien trata de “que no se note”. En este juego trazado por René Arcos Leví el error es la razón de cada movimiento y sus personajes están condenados a vivenciarlo por una orden despiadada y cariñosa a la vez. Todos los relatos son una jugada difícil de resolver, porque en Cuestión de Tiempo nada es simple, todo es complejo, las relaciones, el amor, la vida en familia, la pasión, el cuerpo de uno, el cuerpo del otro, las sombras, las ausencias, los reflejos. Los espejos no arrojan certezas, se puede ser uno o se puede ser otro, no es difícil sobrevivir con una máscara. Sólo la delicada pluma de René puede trazar límites tan difusos y sutiles, tan humanos y reales, con la única intención de tratar de entender el misterioso devenir de las cosas, el rumbo incomprensible de un juego que siempre ha dirigido otro y del que es tan difícil escapar.

“Los que verdaderamente se van lo hacen en silencio, no hablan de ello. Simplemente un día ya no están más.”

-Nona Fernández S.-


domingo, 3 de febrero de 2013

ALEGRÍA PORTEÑA

La tarde-noche porteña es grata: el olor del mar, las luces de la ciudad, una música que irrumpe de algún lado (en Valparaíso siempre hay una música que suena, generalmente, fuera de cuadro). El jueves pasado (31 de enero) estaban todos los que tenían que estar ahí, en el salón blanco de La Piedra Feliz. Fue una tarde-noche entrañable. Con Natalia Berbelagua hablando de cómo el humor se puede colar en un libro de cuentos de terror. Y con el grandísimo Carlos Genovese contando cómo el libro de Pablo Pinto Canales le había cambiado la vida (que ya no volvería a mirar a los mendigos como los miraba hasta entonces, en alusión al cuento El pregón; que tendría sumo cuidado de ni elegir la habitación 364 cuando volviera a alojarse en un hotel, en referencia al cuento 364).
Porque esa tarde-noche lo que nos congregaba era el lanzamiento de Silencio, el nuevo libro de Ediciones de la Lumbre. Vendimos medio centenar de ejemplares y esperamos que, con el correr de los días y, sobre todo, luego del lanzamiento que haremos en Santiago en abril, los lectores de Pinto Canales sigan creciendo. Se lo merece. Confiamos en el universo que ha montado. También en su prosa. El tiempo dirá si acertamos. Por ahora, estamos seguros de que sí. No es la única buena noticia que tenemos. Desde el 1 de febrero tres libros de Ediciones de la Lumbre están en el Club de Lectores de El Mercurio. Se trata de El tiempo de los peces (libro de cuentos de Juana Inés Casas, elogiado unánimemente por la crítica: desde Juan Manuel Vial, de La Tercera, hasta Marco Antonio de la Parra, quien lo eligió entre los mejores libros de año), Campamento Esperanza y Los Niños de La Granja. Esperamos que sigan las buenas noticias. Esperamos seguir compartiéndolas con ustedes. Delalumbre.

viernes, 25 de enero de 2013

Silencio, el estreno de Pinto Canales

Quince cuentos son los que dan cuerpo al nuevo libro de cuentos de Ediciones de la Lumbre: Silencio, de Pablo Pinto Canales. A medio camino del relato de terror y el cuento sobrenatural, la narrativa de Pinto Canales seduce a partir de lo cotidiano, pero prontamente se adentra en un territorio de pesadilla de la que ni los personajes ni el lector se pueden librar.
El libro de Pinto Canales viene a sumar en un género poco explorado por los autores nacionales. En la línea de Quiroga, Poe y Lovecraft, escritores que marcaron el devenir de su pluma, la ópera prima de Pinto Canales viene a cumplir el mandato de las editoriales independientes: renovar la oferta de voces y buscar nuevos caminos para la ficción. Por ahora, Sulencio sólo se encuentra en Valparaíso y Viña del Mar: en las librerías Ivens y Metales Pesados-Casa E (la libreria boutique del Cerro Alegre), además de la Feria del Libro de Viña del Mar que acaba este domingo. En abril lanzaremos el libro en Santiago.

sábado, 17 de noviembre de 2012

LOS NIÑOS DE LA GRANJA

Amigos de De la Lumbre, estamos felices de contarles que a mediados de diciembre publicaremos un libro estremecedor que cuenta las vivencias de un joven norteamericano, Steve Reinferberg, quien a principios de los ’80, con veintitrés años y cargado de dudas sobre su futuro profesional, llegó a trabajar como voluntario a un pequeño hogar ubicado en un barrio pobre de Santiago de Chile, donde una resuelta mujer se había hecho cargo de trece niños en situación de abandono. Con limitado conocimiento del español, Reifenberg se sumergió de lleno en la vida del Hogar Domingo Savio y se convirtió en padre sustituto de un grupo de niños que desafiaron su capacidad de comprensión y lo enfrentaron a situaciones que nunca hubiera imaginado en su país natal.
A través de vívidas descripciones logra crear un retrato indeleble de extraordinarios personajes infantiles y nos entrega un apasionante relato sobre su propio proceso de maduración, pero principalmente sobre el valor y la capacidad de resiliencia de los habitantes más pobres y más vulnerables del país.
Reifenberg entreteje hábilmente la historia del hogar con los sucesos nacionales e internacionales que impactaron dramáticamente en Chile durante un período marcado por la crisis económica y la revuelta política en contra de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Tres décadas después nos entrega su versión en español de esta aventura épica, en un estilo que conmueve e impacta, pero que también nos enseña a reír.
Ya les contaremos nuevas noticias de Los Niños de La Granja y desde ya los dejamos invitados al lanzamiento y a sumergirse en una historia increíblemente real…
*Los derechos de autor obtenidos por La venta de este Libros serán donados en su totaLidad a la Fundación Domingo Savio.

viernes, 5 de octubre de 2012

NUESTRA JUANA DESEMBARCA EN ESPAÑA

Qué alegría, por ella, por El tiempo de los peces, por la buena literatura. La revista Suelta, que tiene un ojo literario agudo y profundo, decidió publicar uno de los cuentos del libro de Juana Inés Casas, nuestra Juana Inés Casas. A nosotros no nos queda más que alegrarnos y contarles a ustedes esta buena noticia. Y, por supuesto, dejarles el acceso para que lean el cuento de Juana. Albricias miles, M. http://www.sueltasuelta.es/Chemi-Rosado-Seijo-Juana-Ines-Casas

domingo, 1 de julio de 2012

ALE COSTAMAGNA Y EL TIEMPO DE LOS PECES

Para quienes aún no han leído El tiempo de los peces, de Juana Inés Casas, les dejamos la recomendación de Alejandra Costamagna, quien explica las razones de por qué es necesario leer este elogiado debut de la autora argentina.
"Los personajes de El Tiempo de los Peces quisieran estar quietos, estáticos. Pero en cambio viajan, transitan de una edad a otra, fantasean, desamarran los hilos de la rutina, se bañan en el mar, recomponen lazos rotos,
enumeran sus formas favoritas de morir e intentan, a toda costa, capturar un momento feliz. Pero sospechan que la felicidad queda demasiado lejos, demasiado a trasmano, allá por los latidos de una memoria remota. Con una prosa fresca, atenta al detalle y el habla cotidiana, cuidadosa de los límites entre la tristeza y la tragedia, Juana Inés Casas apuesta en estos once relatos por la intensidad del gesto mínimo. Cuentos como fotografías de papel, imágenes difusas: recortes en palabras de una infancia desvanecida, ahora, bajo la superficie de la adultez".